Título en España: Ratcatcher
Título original: Ratcatcher
Año: 1999
Duración: 94 min.
País: Reino Unido
Dirección: Lynne Ramsay
Guión: Lynne Ramsay
Música: Rachel Portman
Fotografía: Rachel Portman
Dirección de producción: Jane Morton
Dirección artística: Robina Nicholson
Vestuario: Gill Horn
Montaje: Lucia Zucchetti
Reparto: William Eadie, Tommy Flanagan, Mandy Matthews, Michelle Stewart, Lynne Ramsay Jr., Leanne Mullen, John Miller, Jackie Quinn, James Ramsay, Anne McLean, Craig Bonar, Andrew McKenna, Mick Maharg, James Montgomery
Sinopsis: Glasgow, verano de 1973. La ciudad se enfrenta a una huelga de los basureros. Ryan, un niño de 12 años, se ahoga durante una pelea con su vecino James.
Ratcatcher (1999), de la directora Lynne Ramsay, es una coproducción británico-francesa que nos presenta al pequeño James, un niño de 12 años que vive una experiencia traumática en la Glasgow de mitad de los 70s, ciudad que sufrió el exceso de población tras su apogeo de los años 60s cayendo en altas tasas de pobreza y con numerosas familias sin recursos viviendo de ayudas sociales.
(El siguiente texto ha sido extraído de https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/690687/435529.html)
Hemos visto muchas historias de superación personal, y en casi todas ellas quedan clarísimos los pasos de su redención, se verbalizan. En Ratcatcher no es así, y eso la diferencia del resto. ¿No es algo banal mostrar un cambio interno deletreándolo? ¿No es más noble pagar con la misma moneda y mostrar ese cambio de modo acorde con su condición? Aquí el cambio se gesta con la expresión del niño protagonista, por la forma en la que interactúa con su entorno, por cómo la cámara se posa sobre su rostro. Eso hará creer a muchos que la película no narra nada. Estaríamos en lo cierto si dijésemos que tras el acontecimiento inicial, no sucede ningún hecho relevante en la película. Pero nunca que no se narra nada. La película nunca deja de narrar. Es una narración más difícil de ver pero también más enriquecedora una vez das con ella.
Ryan, un niño de 12 años, muere ahogado mientras se pelea con James, su vecino… Puede ser difícil identificarse con James al principio, ya que una vez sucedido el accidente su cobardía le vence y huye. Pero poco a poco, en sus encuentros con la fresca del pueblo y el niño amante de las ratas, vemos que no tenía la capacidad de afrontarlo, no podía, sencillamente. El modo íntimo y cálido de mostrar las relaciones puede asemejarse al de Ken Loach, sólo que Ramsay prescinde del panfleto progre de turno y apenas usa diálogos. No hacen falta.
La fotografía de Alwin H. Kuchler es uno de los puntos fuertes de la película, y una de las razones por las que no es un drama social más. Aun con recursos muy limitados, se demuestra un mimo estético muy inusual en este tipo de dramas. Tonos fríos y grisáceos subrayan el ambiente decadente y suburbial en el que viven las familias, acrecentado por la huelga de basura de aquel año. Ver a una niña sentada entre montones y montones de basura era algo normal. El comienzo con el niño enrollándose en la persiana o el plano de los restos vegetales sobre el rostro muerto son ricos en detallismo y revelan una marcada aspiración pictórica. Buscan captar un momento mágico e inconfundible, más que ser mera comparsa de los hechos.
Porque entre tanta oscuridad también se filtran rayos de luz. Las excursiones en autobús a ninguna parte mientras suena Cello Song de Nick Drake, el viaje espacial de la rata atada al globo, y sobre todo, el descubrimiento de una casa deshabitada frente a un campo de trigo, se convertirán en reductos de esperanza para el chico. Su última mirada sonriendo es necesaria tanto para él como para el espectador. Eso no quiere decir que se olvidará de lo que provocó. No podrá olvidar algo así nunca. Pero tal vez haya encontrado el modo de vivir con ello sin que le destruya.
Más información:
http://www.cinedemedianoche.cl/2018/08/ratcatcher-1999.html
https://enfilme.com/ciniciados/de-culto/ratcatcher